FOTOGRAFÍAS EN COLOR DE JACQUES H. LARTIGUE


 

La Fundación Canal organiza la exposición, LARTIGUE. EL CAZADOR DE INSTANTES FELICES.FOTOGRAFÍAS EN COLOR, sobre este artista cuya vida y obra se extiende por casi todo el siglo XX, pues nació en 1894 y murió en 1986. Educado en un ambiente de clase acomodada en contacto con los avances técnicos de la época pronto, siendo un niño, empezó a practicar la fotografía. Ha pasado a la historia por ser el fotógrafo de la belle époque y el maestro de Cartier-Bresson, por perseguir captar con la cámara instantes felices, motivos en movimiento en la calle. Además por ser el primer artista francés en donar su obra al Estado, un total de 120.000 conservadas. La mayoría en blanco y negro, de las cuales un tercio solo son en color. Esta parte de su obra es el objetivo de la presente exposición, asociada con su vocación de pintor, pues el artista afirmaba que veía la vida en color.



Desde muy joven, a la par de la práctica de la fotografía, se formó como pintor, hasta el punto que dejará la fotografía entre 1920 y 1930, para dedicarse al diseño de moda y a la decoración. De todas las maneras hay que considerarlo como un pintor-fotógrafo al compaginar ambas actividades y complementarlas una con otra. El color fue un reto para la técnica fotográfica, y así se lo tomó, Lartigue, que desde 1912 empleó el autocromo, el procedimiento inventado por los hermanos Lumière para dotar de color a las imágenes. El inconveniente es que requería unas exposiciones muy largas y no se podía por tanto captar el motivo en movimiento. La exposición nos muestra un conjunto extenso de ellos de este periodo con una visión estereoscópica que facilitaban que la imagen envolviera al espectador.



A partir de 1945 se inventó el kodakchrome, un desarrollo que permitió al autor desarrollar todo su talento como pintor-fotógrafo. La consagración como maestro le llegó con su primera exposición como maestro en el MOMA de Nueva York en 1963. También su conocimiento en EEUU, y el aprendizaje que el artista realiza de la fotografía que aquí se practica. En color llegaría a captar sus famosos instantes felices, de un mundo en pleno desarrollo hacia la modernidad y felicidad, en la Costa Azul francesa, además de sus experimentaciones con imágenes de flores. Igualmente, se emplearía como fotógrafo de la prensa ilustrada, dando cuenta de los acontecimientos más relevantes del momento. En 1970, publicará Diario de un siglo, donde se combinan su imágenes con extractos de su diario, como hace la muestra madrileña. Finalmente, ésta termina con la proyección paralela entre sus imágenes en blanco y negro de antes de la Primera Guerra Mundial y aquellas más recientes en color, que nos informan de un fotógrafo precoz, testigo de un siglo en constante cambio, primero en París y luego, en el resto del mundo, que él asimiló como un aprendiz y a la vez maestro.



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