EL ARTE DE KÂULAK


 
Los aficionados a la historia de la fotografía y el coleccionismo están de enhorabuena. La Biblioteca Nacional organiza una exposición de uno de los grandes nombres de la fotografía española del primer tercio del siglo XX: KÂULAK, FOTÓGRAFO, PINTOR Y ESCRITOR. Nos referimos a Antonio Cánovas del Castillo Vallejo, definido como un intelectual polifacético Fue sobrino del político del mismo nombre, artífice del régimen de la Restauración, donde participaría él mismo como diputado y gobernador civil de Málaga. El asesinato de su tío le decantó por la actividad artística y literaria. Primero como pintor y escritor, luego como músico y, finalmente, como fotógrafo, primero amateur, entre 1890 y 1904, y luego, como profesional entre 1904 y 1933. Esta exposición expone algunas de sus obras literarias, pictóricas, musicales, y sobre todo, fotográficas, dentro del contexto de su vida.




Lo primero que descubre el visitante el la puerta de su galería llamada Kâulak, un espacio de estilo modernista, como era propio de las fechas de su creación. Rubén Darío llamó a su fundador el Gainsborough y el Lawrence del objetivo. Pronto se convirtió en una de las más prestigiosas de su tiempo, compitiendo con otras de relevantes autores, como Compañy, Alfonso y Franken. La exposición nos ofrece contemplar la evolución de los logotipos de su estudio; la cámara de placas más antigua; una extraordinaria galería de retratos de los principales personajes literarios, políticos e intelectuales de la época. Álbumes de imágenes de sus principales clientes, ahora fondos de la propia Biblioteca Nacional y de colecciones privadas.  Para Cánovas, el retrato era los más importante de la fotografía, en el que valoraba, sobre todo, la expresión del personaje, cuidando las poses y la teatralización de los espacios.




Antonio Cánovas, Kâulak, fue un teórico, además del género. Publicó numerosos artículos en revistas que él creó, y escribió libros como La fotografía moderna y Retoque fotográfico. Junto a su hermano, fundó la Sociedad Fotográfica de Madrid (1899). Desde su galería atendió, con éxito, durante años una numerosa clientela perteneciente a las clase dirigente de la Restauración, en la que se incluía la familia real, que visitaba el estudio habitualmente para ser retratada. Defendió el estilo pictorialista, que se relaciona con su formación artística, y luego el objetivo de dejar constancia, de los personajes ilustres de España. De todas formas, su cámara no olvidó a los toreros y a las actrices del momento. La galería, situada en la calle Alcalá, nº 4, pervivió más que muchas al paso del tiempo y a las turbulencias de la historia. A ello contribuyó su nieto, Juan María Ardizone, que la dirigió hasta su cierre en 1989.

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