PICASSO EN MADRID


 La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Fundación Beyeler, organizan la exposición PICASSO: ROSTROS Y FIGURAS en el edificio del Museo en Madrid. El artista malagueño vuelve al centro de formación artística donde se matriculó para el curso 1897-1898 ciento veinticinco años después. Reúne un conjunto modesto de medio centenar de obras, pero sin duda, igualmente significativo y con extraordinaria fuerza expresiva. De la fundación suiza provienen los  siete lienzos y dos esculturas, y de la academia, los grabados, principalmente las series, La obra maestra desconocida, y la Suite Vollard, además de tres dibujos y una escultura. Constituye un diálogo preciso entre las dos instituciones que mantuvieron una relación con el genio español.




Los comisarios de la exposición informan al visitante que no se han encontrado ningún ejercicio de copia del natural o de yesos que tenían encomendados los alumnos de la academia, que fuera de mano de Picasso. El propio artista contó en vida que aprendió tanto o más en sus escapadas al Museo del Prado. Sin embargo, la huella sobre el artista se nota en el valor que da a la representación del pintor o escultor y la modelo, al propio oficio de ser artista. Por tanto, aprendió a serlo en la institución madrileña. El conjunto de obras, por otra parte nos informan de su evolución estilística desde principios del siglo XX, especialmente, desde el nacimiento del cubismo hasta su última época, siendo su hilo conductor, los rostros de sus parejas, desde Fernande Olivier hasta Dora Maar.




La trayectoria de Picasso fue larga. Desde el cubismo, hasta el clasicismo pasando por el surrealismo. Una trayectoria marcada por su dominio del dibujo, que en esta exposición queda patente ante el público. Un dibujo hecho pintura o grabado, siempre poderoso y preciso con trazo impetuoso. Lo mismo atento al detalle, que constructor de la forma y el volumen, lo dos igualmente definitorios.

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