Los seres humanos sometidos a condiciones extremas de supervivencia pueden llegar a alcanzar un comportamiento violento e irracional. Cualquier tipo de respeto a sus semejantes desaparece. Todo se ve sometido a un ritmo vertiginoso próximo a la locura. El deseo, el amor, la vida o la muerte, constituyen hechos accidentales. Este frenesí afecta a los protagonistas de la película, MONOS, del director colombiano, Alejandro Landes, que cuenta la historia de un grupo de jóvenes guerrilleros que deben mantener el secuestro de una doctora norteamericana, primero en un lugar apartado de las montañas, luego en plena selva tropical. Apenas tienen contacto con el mundo exterior, un mando que les visita de vez en cuando y una radio por la que reciben órdenes.
La convivencia se hace difícil para un grupo de jóvenes que recientemente abandonaron la adolescencia. Los más fuertes son en realidad los jefes del grupo guerrillero, compuesto tanto por chicos como por chicas. Las duras condiciones de vida, por la lluvia y la humedad, primero en las montañas, y luego en la selva, hace que convivan con el barro y la suciedad. Cualquier dificultad se soluciona ejerciendo la violencia de unos contra otros. En ello influye el alcohol que beben y las armas que portan. Tratan de mantenerse unidos, ser fieles al objetivo que les ha reunido de servir a una autoridad guerrillera que se enfrenta al gobierno, pero no lo consiguen.
Las primeras bajas en este clima de convivencia radical no se harán esperar. La proximidad del ejército gubernamental, les obligará a trasladarse a un lugar recóndito de la selva. El aislamiento someterá al grupo a un estrés añadido, a una locura de creerse independientes de cualquier autoridad, aunque sea rebelde. Las disensiones surgen entre ellos cuando el líder persigue este objetivo. De igual manera, cuando la doctora secuestrada logra escapar del cautiverio en el segundo intento. En ese momento, una de las jóvenes logra huir. Recibe ayuda de un familia que vive en la selva con la que su compañeros no tendrán clemencia. Ella, salvando la fuerte corriente del río, ya exhausta, será rescatada por el ejército.
Se ha dicho de la película, que el director hace todo un ejercicio de estilo visual. Así aparece al espectador, donde se combina, los paisajes, la naturaleza salvaje, y los jóvenes protagonistas, sometidos a condiciones imposibles, mediante planos generales y primeros planos, los negros nubarrones de las montañas, y la luz intensa tamizada por la frondosa vegetación de la selva. La película, de esta forma, te arrastra a la experiencia límite que viven los protagonistas, por la que fue merecedora del Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance.
No hay comentarios:
Publicar un comentario