OBJETOR DEL NAZISMO


Los antiguos documentales de los años treinta muestran a multitudes aclamando a Hitler a su paso por las calles de las ciudades alemanas. También en espectaculares paradas militares. La propaganda y la presión de la férrea dictadura nazi arrastró a gran parte de la población a seguir los destinos marcados por su líder, la discriminación racial y una guerra violenta. A pesar de esto, hubo individuos y alguna organización clandestina, que lucharon contra un régimen que los arrastraba al desastre. En los últimos años distintas historias de los mismos, han sido llevadas al cine. La película, VIDA OCULTA. A HIDDEN LIFE, dirigida y escrita por Terence Malick, cuenta la historia de un agricultor de los Alpes austriacos que se negó a prestar juramento cuando fue llamado a filas durante la Segunda Guerra Mundial.


Franz Jägerstätter, el protagonista de esta historia real, llevaba una vida tranquila de casado en el pequeño pueblo de St. Radegund, al comienzo de la guerra en 1939. La realización de un pequeño entrenamiento militar, le hace consciente de la realidad y propósitos criminales del régimen nazi. La lucha contra Francia o la invasión de Polonia, mostraba un comportamiento despiadado e inhumano con los enemigos. Desde ese momento empezó a explicar su oposición contraria en la aldea. Los más allegados le aconsejaban del peligro de su actitud para él y para su familia. De esta forma, empezaron a ser discriminados y a recibir muestras de rechazo, e incluso les impedían participar en las tareas del campo. A Franz le movía los principios religiosos en favor del bien. A sus vecinos el patriotismo y las ideas racistas y xenófobas de los nazis.


La situación de Franz empeora al ser llamado al filas en 1943. Tiene que prestar juramento para entrar en el ejército, pero al negarse, es recluido en la cárcel. Las autoridades tratan de convencerlo que desista de su actitud, pues no tiene ninguna repercusión. Un argumento que le comunicarán una y otra vez en el proceso al que se verá sometido. Igualmente, será sometido repetidas veces a torturas para hacerle cambiar. En otro momento, será llevado a Berlín donde dispondrá de un abogado defensor, que con las mismas razones, le informará de lo inútil de su negativa, que simplemente, con firmar un documento de fidelidad al régimen, podía salir en libertad. Sin embargo, Franz tiene una fuerte convicción, que no se doblegará ante su mujer y el párroco del pueblo que le visitan, e insisten que es un simple papel, palabras huecas, que lo importante es lo que tiene uno en su interior. Una posición que le llevará a ser condenado a muerte mediante la guillotina.


El director Terence Malick se basa en una historia real por primera vez para el argumento de una de sus películas. Esto no le impide desplegar su particular estilo poético, que combina una voz en off que habla en un estilo solemne, basado, en este caso, en las cartas auténticas entre el protagonista y su mujer, el diálogo de los personajes, en una sucesión cambiante de imágenes, que combina la belleza de los paisajes de los Alpes, con el sufrimiento y el dolor por la represión de los nazis. Como se afirma en la película, se produce una lucha entre el bien y el mal. Una tendencia que triunfará provisionalmente entre los hombres, mientras el paso del tiempo, la sucesión de las estaciones y la cosechas, abrirán nuevos tiempos más esperanzadores bajo la misma luz radiante del sol.

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