Pocas películas afirman antes de su visionado que se basan completamente en hechos reales. Este es el caso de la última película del afamado director Roman Polanski, EL OFICIAL Y EL ESPÍA, basada en el libro del mismo título de Robert Harris, que constituye una exhaustiva investigación histórica sobre el Caso Dreyfus, que hizo tambalear el estamento miliar dentro del régimen de la Tercera República francesa. En enero de 1895 el Capitán Alfred Dreyfus fue condenado a cadena perpetua por espiar para Alemania con pruebas falsas elaborados por el ejército, a partir de un dossier secreto compuesto con documentos provenientes de la embajada del país germánico.
La película se inicia con la escena de su degradación en medio de una plaza pública de la cual se conservan grabados de la época. Su nombre fue elegido entre varios sospechosos que estaban en el punto de mira de los servicios de inteligencia que investigaban el espionaje para Alemania. A causa del antisemitismo del pueblo francés y del estamento militar, fue condenado sin las garantías legales adecuadas a ser encerrado y torturado en la Isla del Diablo. Todo se hubiese olvidado si el dossier secreto en el que se basaba su imputación hubiera sido destruido, como era costumbre. Y si el militar que fue promocionado a coronel, Georges Picquart, para dirigir la unidad de contra-inteligencia, no hubiera descubierto al verdadero espía, un oficial de segundo orden que pasaba por dinero informaciones de poco interés a los alemanes.
La película cuenta la lucha de Picquart por restablecer la verdad en contra de sus superiores, que se negaban a reabrir el caso. La filtración de información sensible de los hechos a la prensa le ayudará en su objetivo. Mientras tanto, primero le cambian a destinos lejanos de Francia y peligrosos en las colonias, hasta expulsarle del ejército. Incluso acabará en prisión. Tiene en su contra a los jefes del ejército y al ministro de defensa. Sin embargo, conoce con precisión todos los documentos y a los verdaderos responsables que llevaron al Capitán Dreyfus a la humillación, información que caerá en manos del escritor, Émile Zola, que escribirá el famoso artículo J´Acusse...!, una carta al presidente de la República, en primera página del diario L´Aurore.
Al final, la lucha por la verdad será recompensada. El coronel Picquart se convertirá en general y ministro de defensa, y Alfred Dreyfus, después de ser amnistiado, volverá al ejército y continuará su carrera militar. La última escena de la película reúne a los dos protagonistas. El segundo solicita al primero que le sea contabilizado para ascender los años que pasó en prisión. De esta manera termina una reconstrucción fiel de la Historia, en la que se combina la maestría narrativa del director, y una extraordinaria recreación de la época, por la que recibió el Gran Premio del Jurado del Festival de Venecia.
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