CONTAMINACIÓN QUÍMICA EN VIRGINIA


La sociedad está hoy concienciada que la contaminación química que la actividad económica humana produce en el medioambiente, tiene consecuencias fatales para la salud. Una contaminación producida por vertidos ilegales o por el empleo de compuestos dañinos a medio y largo plazo, que llegan en forma de vertidos o en productos para combatir plagas o fertilizantes. Por ello, las autoridades sanitarias deben velar que cada nueva sustancia que mejore el rendimiento de otras ya en uso, sea adecuada para el consumo humano. Sin embargo, las grandes corporaciones, se han saltado las reglas, en todos los aspectos con tal de obtener grandes beneficios, sin importarles la destrucción de entornos naturales o las enfermedades de los trabajadores o los consumidores.


En este contexto se sitúa el argumento de la película, AGUAS OSCURAS, del director Todd Haynes, basada en un artículo de la revista New York Times, escrito por Nathaniel Rich, sobre la lucha emprendida por el abogado, Robert Bilot contra la multinacional DuPont, una de las compañías más poderosas del sector químico. Una lucha desigual, pues la compañía disponía de enormes recursos económicos para su defensa, además de emplear a la mayoría del pueblo de Parkersburg, donde tenía la fábrica contaminante. Allí, impunemente había vertido un producto químico que de manera secreta había descubierto que producía distintos tipos de cáncer, así como deformaciones en los fetos. Dicho producto se utilizaba para fabricar el popular teflón, el antiadherente de las sartenes.


La denuncia y luego el largo proceso que se va a extender durante dos décadas, arranca cuando un granjero observa que sus vacas mueren de enfermedades graves. Sospecha que el arroyo se encuentra contaminado, porque el agua blanquea las piedras. Cerca se encuentra la planta de vertidos del complejo químico situado cerca del pueblo. Busca, entonces, un abogado para presentar la denuncia. Lo va a encontrar en un vecino de la zona que trabaja en un prestigioso bufete dedicado paradogicamente a la defensa de las grandes empresas químicas. Esta circunstancia le favorecerá para obtener los documentos de la compañía que demuestran el empleo de un químico desconocido muy peligroso para la salud de los empleados de la fábrica, y que sospecha es la causa de las muertes en la granja de Wilbur.


Los hechos son mucho más graves. Toda la población en el entorno de la fábrica ha sido afectada por la contaminación del agua que bebe por esta sustancia desconocida para las autoridades. Además, a las muertes de los animales, hay que sumar la de los vecinos que se han producido en la zona en los últimos años, y que van a seguir en el futuro. La denuncia de un sólo granjero fue acallada por la empresa con una importante indemnización. La colectiva de más de tres mil, tendrá que esperar hasta completarse un estudio epidemiológico que se demorará en el tiempo, hasta casi el agotamiento de Robert Bilot, que en solitario, junto a su familia, mantiene el caso a costa de su carrera tras llegar a un bufete de prestigio. Pero logrará que se haga justicia, no solamente que se diga la verdad. DuPont tuvo que pagar una importante cantidad de dinero para compensar a la población.


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