UNAMUNO Y LA GUERRA CIVIL


La Guerra Civil es un hito fundamental de la Historia de España contemporánea. Determinó el devenir político de gran parte del siglo XX y de lo que llevamos en el XXI. Las dramáticas consecuencias que tuvo todavía perviven. El régimen democrático instaurado en 1978 empezó a superarlas mediante la reconciliación de los dos bandos. Sin embargo, transcurridos 80 años de su finalización, quedan asuntos por resolver, como el problema de las fosas y los monumentos que exaltan la dictadura. La película, MIENTRAS DURE LA GUERRA, escrita y dirigida por Alejandro Amenábar, cuenta la complicada posición que tuvo el célebre escritor, Miguel de Unamuno, por aquellas fechas, rector de la Universidad de Salamanca, respecto al golpe de estado contra la República y la génesis del régimen de Franco.


En julio de 1936 el golpe de estado contra la República no triunfó en toda España. Los generales rebeldes emplearon el ejército del norte de África, apoyados por el fascismo italiano y alemán en una interminable y sangrienta guerra contra el régimen legítimo, hasta que se hicieron con la mayor parte del territorio. En un principio, Miguel de Unamuno, apoyó públicamente la rebelión militar porque creía que pondría orden en la situación del país. Pensaba que tal rebelión se resolvería dentro del ámbito republicano, y luego, las cosas volverían a su cauce. Pero, fue cuestión de días en darse cuenta, que pretendía crear un nuevo régimen basado en la represión violenta de cualquier persona que pensase diferente.


Miguel de Unamuno fue destituido por el presidente Miguel Azaña como rector de la Universidad de Salamanca. Luego, la junta militar de Burgos, le devolvió al cargo. Además, le encomendó la misión de participar en la misión de depurar a los no afectos al régimen. Igualmente, de apoyar el llamado alzamiento, en nombre de la prestigiosa institución académica, al cual le llega a identificar como defensor de la civilización cristiana. La película cuenta cómo la posición del filósofo se hace cada vez más incómoda. Le utilizan las nuevas autoridades militares, mientras cada amanecer resuenan los tiros de los fusilados sin juicio previo, entre ellos, sus amigos personales, ejecutados con las etiquetas de masones y rojos.


Todos estos hechos coinciden con el nombramiento del general Franco como líder de la rebelión, Jefe del Estado, que tendrá su sede en la ciudad de Salamanca. Miguel de Unamuno, aprovechará tal circunstancia, y el afecto que le tiene su mujer, para intentar lograr la liberación de sus amigos, que no consigue. Ante tales circunstancias, la posición del filósofo se situará frontalmente en contra de los militares. Aprovechará la celebración del 12 de octubre en la universidad, con la asistencia de Carmen Polo, para tomar la palabra, y pronunciar, la célebre frase, Venceréis pero no convenceréis, en una intervención que no pensaba realizar, pero que improvisó tomando unas notas en el reverso de la carta que le dio la viuda de su amigo asesinado. Fue Millán Astray, al grito de ¡Viva la muerte!, y ¡Mueran los intelectuales!, quien le respondió. El escritor, saldría del acto protegido por la esposa de Franco ante el tumulto organizado. Dos meses después, moriría de un infarto, tras ser obligado a permanecer confinado en su casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario