EL ÉXITO DE COLETTE


La sociedad tradicional ha relegado a la mujer desde antiguo a un papel secundario dentro del matrimonio. Si analizamos la historia del arte o de la literatura, la mayoría de los nombres que han sobrevivido al paso del tiempo son de hombres. Una minoría de mujeres pudo sin embargo desarrollar su talento artístico con grandes dificultades. Según avanza la edad contemporánea, a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, un grupo adelantado de mujeres empieza a marcar el camino por el que luego seguirán otras hasta alcanzar su pleno desarrollo intelectual y ser más independientes. Un ejemplo de mujer que logra zafarse de las ligaduras tradicionales que le circunscriben al hogar familiar para desarrollar una actividad literaria de éxito, lo muestra la película, COLETTE, dirigida por Was Westmoreland, sobre la popular escritora francesa.


La historia comienza cuando Colette, de origen humilde y criada en un ambiente rural es pretendida por  Willy, un escritor y promotor literario de clase alta, catorce años mayor que ella, que se gana la vida encargando novelas a escritores secundarios para él publicarlas con su nombre, unos textos atractivos para el gran público pero de escasa calidad literaria. Le favorecen las buenas relaciones con la comunidad artística de París. Su carácter derrochador llevará a permitir que Colette pueda escribir como hacen otras personas a su servicio para tener el dinero suficiente para llevar tal ritmo de vida. De esta manera, comienza Colette a desarrollar su carrera como escritora, bajo la corrección formal y la firma de su marido, que no se esperaba el éxito que iba a tener la serie Claudine, unas pequeñas novelas de una joven adolescente que descubre el mundo adulto.


El éxito del personaje literario de Claudine es tal entre el público francés de la primera década del siglo XX, que convertido en un fenómeno publicitario de todo tipo de productos, le proporcionará grandes ingresos y popularidad. Por otra parte, la continua publicación de la serie supondrá una evolución, no sólo del personaje de ficción, sino de la propia escritora en su independencia y libertad respecto a su marido. Willy desde que se casó, siguió teniendo relación con otras mujeres. Colette, le llegó a perdonar su infidelidad, pero ella a medida que vivía la fama y frecuentaba los ambientes literarios, tendrá relaciones extra matrimoniales con el consentimiento del primero, que le estimula a ello, sobre todo si repercute en el atractivo de sus escritos.


La libertad que se permiten Willy y Colette llegará al límite cuando cada uno encuentre una relación que les separe definitivamente. El primero con una joven obsesionada por ser Claudine, y  Colette con una mujer, antigua aristócrata rusa con la que decidirá vivir y llevar una carrera literaria propia. La película termina cuando la protagonista se separa definitivamente de su marido que se aprovechaba de su talento literario, hasta el punto de vender los derechos literarios de la serie que le dio fama por unos pocos miles de francos, y lograr su autoría, tras recuperar los manuscritos. Colette, por tanto, logra desde principios del siglo XX, convertirse, por un lado en la escritora francesa más popular, y por otro en una mujer libre de las ataduras masculinas que le impedían desarrollar su personalidad.

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