El cine de entretenimiento y aventura tiene actualmente un buen ejemplo con la película JURASIC WORLD: EL REINO CAÍDO, dirigida, esta vez, por el español J. A. Bayona, una nueva entrega de la saga iniciada hace muchos años. Una entrega que engancha al espectador desde el principio con sus numerosos golpes de efecto, riesgos y peligros que acechan a los protagonistas, principalmente, la joven pareja compuesta por Claire, exgerente del parque Jurasic World, hoy encargada de una organización protectora de animales, y Owen, exentrenador de los animales. La misión era salvar a los dinosaurios que vivían en la isla de Nubla, en peligro por la erupción de un volcán que iba a destruirla por completo. Un anciano millonario había ideado el plan de rescatarlos y trasladarlos a otra isla. En su juventud fue uno de los científicos que había logrado clonar desde el material genético hallado en ámbar, las distintas especies de dinosaurios perdidos.
Sin embargo, la misión se tuerce cuando se descubre que la verdadera intención es vender a los dinosaurios en subasta, así como, emplear al único dinosaurio entrenado, un velociraptor, para controlar a otro espécimen fabricado en el laboratorio para ser utilizado como arma letal para la guerra. La pareja protagonista y unos jóvenes expertos en medicina y teconología, logran salir de la isla que finalmente queda destruida por la erupción violenta del volcán. La aventura y los peligros, no cesan en ningún momento. En la isla buscando al velociraptor entrenado; en la huida mientras numerosas bolas de fuego asedian a los personajes. En el traslado en barco escondidos frente a los cazadores sin escrúpulos. Luego en la mansión del viejo científico, que es la tapadera de una organización criminal que pretendía vender a los dinosaurios de la isla, y clonar especímenes violentos.
La acción incesante que envuelve a los protagonistas, la pareja de adultos, la de los jóvenes y a la niña, nieta del viejo científico moribundo, tiene distintos componentes argumentales, algunos de ciencia-ficción. El primero de ellos, la idea que ha dado origen a la saga. La de clonar distintas especies de dinosaurios a partir del material genético hayado en los insectos fosilizados en ámbar. La posibilidad de crear una nueva especie, cada vez más violenta, a partir de ellos. Sabemos que los dinosaurios se extinguieron hace más de 60 millones de años en un periodo geológico antes de la orogenia alpina, por los cambios climáticos de la Tierra.
El segundo argumento se centra en los riesgos de los avances científicos para la Humanidad, que la posibilidad de clonación se utilice con fines malignos. El tercero, la necesidad de preservar las especies salvajes, incluso aquellas creadas por el ser humano, aunque con ello alterásemos los ecosistemas actuales. Finalmente, si no dudaríamos en ayudar a un clon humano, como la niña protagonista, hija del viejo científico, igualmente lo haríamos con los clones de animales. Tras estos planteamientos argumentales, queda claro donde se sitúan los representantes del bien y del mal, donde se encuentra el amor, la afectividad o el odio, los valores éticos, y aquellos que persiguen un fin negativo, que beneficia a unos pocos y perjudica a la mayoría. Unos planteamientos destinados a todas las edades que permiten un intenso entretenimiento visual.
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