LA LIBRERA DE HARBOROUGH


Los libros destilan un pensamiento o ideas elaboradas por un maestro, por una persona que ha plasmado en ellos una reflexión o la experiencia de la vida. Nos acompañan con múltiples historias e invenciones en la soledad diaria. También propician la relación social. Extraen los mejores sentimientos o pueden propiciar indirectamente una disputa entre vecinos. Estos aspectos los cuenta la nueva película dirigida y escrita por Isabel Coixet, LA LIBRERÍA (The Bookshop), basándose en una novela de Penélope Fitzgerald. La protagonista, Florence Green, compra en un pueblo perdido de la costa inglesa, una antigua casa, Old House, para vender libros. Va a dedicar la mayoría de sus ahorros para abrirla, a pesar de que no hay muchos lectores, salvo el Señor Brundish.


Al principio, por una parte, es bien recibida por la población. Le ayudan a reformar el viejo caserón lleno de goteras y humedades. Por otra, le intentan convencer que, por lo menos, no la instale en Old House, sino en otro lugar del pueblo. A ello se opone, la aristócrata del lugar, Violet Gamart, la cacique que detenta el poder y que pretende instalar aquí un local para la cultura y las artes. Sin embargo, Florence, no se echa para atrás, y con gran coraje, cumple con sus objetivos. Empieza a vender libros, sobre todo al Señor Brundish, un empedernido lector que descubre las novelas de ciencia-ficción de Ray Bradbury o la famosa obra de Vladimir Nabokov, Lolita, que se hizo popular por aquellas fechas a finales de 1950. El éxito de ventas que provoca hace que Violet le denuncie por la gente que se agolpa en el entorno.


Es el comienzo de un enfrentamiento entre las dos mujeres, la poderosa cacique y la librera. La primera, se valdrá de todas sus influencias familiares en Londres. Una ley recién aprobada permite la expropiación de edificios históricos por parte de los ayuntamientos ingleses para usos culturales. Además, si tienen mala conservación, los propietarios no tendrán derecho a una indemnización. De esta manera, Florence Green, viuda de guerra, perderá Old House, y todo el negocio sin ningún dinero, aunque recibirá el apoyo del Señor Brundish, y el inesperado de la niña empleada en la librería, que había sido denunciada por trabajar e ir al colegio, que provocará el incendio del local, cuando la protagonista abandona el pueblo en barco. 


Esta niña, provenía de una familia humilde que no le gustaba leer, sino las matemáticas. Necesitaba los doce chelines a la semana que le pagaba Florence. Es la narradora de la película en flash back que aparece en la última escena, ya mayor, cerrando su propia librería, sin duda influenciada por el coraje de su mentora. La película, así, es una historia entorno a los libros como pretexto para amar, para aprender, para combatir la soledad,  para seguir luchando por lo que se considera justo, para, en definitiva, seguir viviendo.

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