LA FOTOGRAFÍA DE CATALÁ-ROCA


 

La Dirección General del Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid organiza la exposición, CATALÁ-ROCA. LA LUCIDEZ DE LA MIRADA, en colaboración con PhotoEspaña, basada en los fondos del Archivo Fotográfico del Colegio de Arquitectos de Cataluña, sobre este artista de la imagen, que capta con su cámara la situación de la sociedad española en los años cincuenta, principalmente en Madrid y Barcelona. El país, durante la dictadura, trata de remontar las duras consecuencias de la Guerra Civil, y las clases sociales se muestran entre la riqueza y la pobreza, un mundo que sufrirá una transformación radical con la llegada del turismo en los años sesenta. De todos estos cambios será testigo la cámara del fotógrafo catalán, no sólo en las dos ciudades más importantes de España, sino en toda la geografía española.



La exposición reúne una selección de 81 obras, entre las que destacan las dedicadas a la capital de España. Principalmente son escenas de la Gran Vía, la Puerta del Sol, Callao, el Viaducto, o incluso el extrarradio. Llama la atención el interés que presentan las imágenes por la luz del sol que provoca fuertes contrastes. Las escenas huyen de la visión frontal en favor del contrapicado para retratar aquellas gentes que miran si el número de la lotería está premiado, o los mismos barrenderos que riegan las calles del centro. El autor tiene un estilo reconocible en blanco y negro, dentro de la fotografía documental humanista, un estilo, que como dice el título de la exposición es muy lúcido en identificar a los personajes captados de improviso por la cámara.



La exposición madrileña muestra una mínima parte de su obra, también centrada en la fotografía en color, de la que sería un estudioso, a partir de los años setenta. Catalá-Roca también realizaría retratos, arquitecturas, fotografía industrial, cerámica, arte, y documentales, dos de los cuales se exhiben, dedicados a Joan Miró. Igualmente fotografiará a Salvador Dalí. Por otra parte, se recogen un conjunto de fotografía en color de sus viajes a la ciudad de Nueva York a finales de los años ochenta. Quería captar el transitar de sus gentes en la gran urbe, sus edificios más emblemáticos, como hizo con la capital de España treinta años antes.  Llevar a la práctica, una vez más, su estilo documental centrado en los seres humanos que le hacen reconocible como artista fotógrafo.




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