LA DOLCE VITA DE LA JUVENTUD


 La felicidad no es constante durante una vida. Hay épocas mejores y peores dependiendo de las circunstancias personales en un entorno particular político y económico. Solamente pensar si tenemos que vivir una guerra o una posguerra, o simplemente como en la actualidad, una pandemia de consecuencias impredecibles. Hoy se habla de los niños de la guerra, aquellos que padecieron un exilio, o sufrieron la represión de una dictadura, también el hambre o la emigración lejos de sus hogares. Incluso en los países occidentales se produjeron acontecimientos, dentro de la estabilidad y desarrollo de finales del siglo XX que determinaron las vidas individuales.



La película, NUESTROS MEJORES AÑOS, del director italiano, Gabriele Muccino, nos narra la trayectoria de cuatro amigos romanos, tres chicos y una chica, entre los años 80 y la actualidad. Desde la adolescencia hasta la madurez van a seguir trayectorias distintas. Estarán condicionados por los acontecimientos políticos, económicos y sociales que tuvo Italia y Europa durante esos años. Todos  pertenecen a la clase trabajadora que vivía en el centro de Roma. Giulio y Paolo terminarán los estudios universitarios, uno como abogado y otro como licenciado en Literatura. Riccardo llegará a ser periodista, escritor frustrado, y Gemma, no pasará de la secundaria.



La amistad entre los cuatro se fraguó en el final de la adolescencia, una época de conflictos sociales en Italia. Los tres chicos se divierten en fiestas y allí conocieron a Gemma, que va a formar parte de su grupo cuando se enamore de Paolo. Los mejores años son aquellos de comienzos de los ochenta, del descubrimiento de la libertad. Cuando Giulio se compra un coche viejo y a Riccardo le hiere la policía en una manifestación. Después cada uno seguirá su propia trayectoria. Giulio será un abogado de oficio; Paolo se convertirá en un profesor de instituto, y Riccardo se ganará la vida como periodista o extra del cine. Gemma se trasladará a Nápoles, y tras vivir unos años en pareja, vuelve a Roma para ser camarera.



Giulio será quien tenga más éxito económicamente. Un golpe de suerte hace que se convierta en el abogado de un ministro a quien defiende con éxito en un problema político. Luego se casará con su hija, y su vida quedará ligada a la alta sociedad romana. Gemma abandonó a Paolo, por Giulio, tras un periodo de tiempo viviendo con él, tras volver a Roma, pero aquél la dejó por la culta hija del político. Riccardo se casará pero no tendrá fortuna en el periodismo que apenas le da para comer. En la actualidad, después de cuarenta años y de encuentros y desencuentros entre ellos, volverán a reunirse los cuatro amigos de la juventud, una nochevieja, recordando los años donde se fraguó la amistad y el amor, 

No hay comentarios:

Publicar un comentario