LA FOTOGRAFÍA DE ANTHONY HERNÁNDEZ

Zonas de transporte público, nº 46, 1979

La Fundación Mapfre de Madrid organiza una retrospectiva del fotógrafo norteamericano, ANTHONY HERNÁNDEZ, desde los años 70 hasta la actualidad. Una larga trayectoria organizada en ocho secciones, que muestran la evolución de su estilo. Una forma de actuar que le sitúa dentro de la modalidad de la fotografía de calle, pero con una originalidad singular, que le distingue de la obra de otros autores. Un estilo experimental que le permite valorar o ser consciente de lo que la sociedad opulenta margina como deleznable siendo parte inherente de la misma. Tuvo desde siempre como ámbito de actuación la ciudad de Los Ángeles, de donde es natural. Sin embargo, salvo excepciones no le interesa el mundo del cine o las celebridades, sino el extrarradio de aquellas personas que sobreviven en esta extensa urbe de calles infinitas.

Rodeo Drive, nº3, 1984

La primera sección se titula, Fotógrafo de calle. Reúne sus primeras fotografías en blanco y negro. Captura a las gentes en primer plano o aquellas tumbadas en medio de la playa vacía. En la sección, La ciudad como tema, vuelve centra su mirada en amplios espacios urbanos, representados con planos generales tomadas con una cámara de mayor envergadura y con un ángulo elevado. De este periodo son las series, Paisajes automovilísticos o Zonas de transporte público, caracterizadas por una gran profundidad de campo donde se observan  a gentes de origen latino o negro, que esperan largo tiempo a los autobuses que les llevarán a trabajar a las zonas más ricas de la ciudad. Las fotografías de la sección Rodeo Drive, capturan a las personas que van a comprar en esta calle de tiendas de lujo. Por primera vez empleará el color, que ya no abandonará. Igualmente, empleará una película de transparencias en vez de negativos para poder imprimir imágenes en un cibachrome de color brillante.

Paisajes para los sin techo, nº1, 1988

Las series que forman la sección Ausencia y presencia, abandonan la representación humana por mostrar las consecuencias de su vida o sus acciones. Así, en Campos de tiro, muestra los restos que los tiradores dejan en el extrarradio de Las Vegas; y en Paisjaes para los sin techo, retrata los lugares donde acampan los numerosos vagabundos de Los Ángeles. La misma ciudad vuelve a ser protagonista en el apartado, Ruinas urbanas, cuando capta los lugares a medio construir o abandonados. Le fascinan las formas cuadradas y rectangulares, al igual que las barreras ya sean sólidas o semitransparentes. El estilo del artista evoluciona hacia la abstracción, sin olvidar su profunda conciencia social, que se manifiesta igualmente en la sección, Señales y huellas, con las series, Todo y Forever, donde capta los objetos que lleva el río de la ciudad convertido en un desagüe, por un lado, y por otro, los espacios de los sin techo desde una perspectiva diferente.

Fotografías para Roma, nº 17, 1999

Las últimas secciones corresponden a sus fotografías más recientes. En Descartes, retrata las comunidades del desierto al oeste de Los Ángeles asoladas por la crisis económica y los desahucios. Finalmente, en Imágenes filtradas, las fotografías están enfocadas a través de los paneles de metal perforado de las paradas de autobús con el punto de vista de la gente que espera. El fotógrafo, Anthony Hernández, por tanto, consciente de la desigualdad entre los grupos humanos, entre las clases adineradas y los trabajadores, la mayoría inmigrantes en la Ciudad del Cine, emplea la fotografía para crear un arte comprometido con una realidad que se manifiesta en el espacio urbano.

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