RACISMO Y VENGANZA


El racismo fue la base esencial de la ideología nazi. La causa de millones de muertos en los campos de exterminio. Un genocidio que no ha quedado en el olvido, sino en la memoria como uno de los hechos que no se pueden volver a repetir. A pesar de la concienciación sobre estos dramáticos sucesos, la llegada de numerosos inmigrantes a Europa, y en particular, a Alemania, ha causado el resurgimiento de la violencia racista incluso en forma de atentados terroristas. Este tema lo trata la película, EN LA SOMBRA, del director  Fatih Akin, que se centra en la lucha de una mujer que pierde a su marido y a su hijo por una bomba de un grupo neonazi.


La protagonista, Katya, interpretada por Diana Kruger, estaba casada con un hombre de origen kurdo, que había estado en la carcel por tráfico de drogas. Tenían un hijo de cinco años al que un día deja con su padre en la oficina donde lleva asuntos de impuestos y de traducción. Al salir observa cómo una joven deja una bicicleta en la puerta sin encadenar, circunstancia que le advierte. Al final del día se entera que tanto su marido como su hijo habían perecido por la explosión de una bomba. Surgen numerosas dudas sobre las causas de tal sangriento atentado. Un ajuste de cuentas por el pasado delictivo del marido, que en la actualidad continuaría. Pero ella niega todo a la policía. Habían formado una familia estable con buen nivel de vida.


 La hipótesis racista es la que triunfa cuando son detenidos una pareja de jóvenes a los que ha denunciado el padre de uno de ellos cuando descubre los materiales para fabricar un explosivo y por el conocimiento de su ideología. Esta es la primera parte de la película de las tres en las que está dividida. La segunda está dedicada al juicio público al que se someten a los culpables, de los que salen libres al no hayar el tribunal pruebas definitivas contra ellos, aunque quedó demostrado sus simpatías por Adolf Hitler. La protagonista, que apenas había superado el dolor por la pérdida de sus seres más queridos, piensa en tomarse la justicia por su mano. Sabe por el juicio que un miembro de una organización extremista griega, les había fabricado la coartada por la cual habrían estado en un hotel de su propiedad. Allí decide ir para vengarse de los causantes de tanto dolor.


La investigación y venganza de Katja constituye la tercera parte, que tiene como escenario un paisaje costero frente al mar. En ese lugar se encuentra el hotel del testigo que sembró la duda al tribunal. La protagonista, tras seguirle, descubre a la pareja que había organizado el atentado en una caravana. Habían salido de Alemania para evitar la presión mediática por el juicio, todavía sin una sentencia definitiva en espera que se recurriese ante una instancia superior. Katja duda si hacerles pagar lo que hicieron con el mismo procedimiento que emplearon. Su abogado le insta a volver a Alemania para formalizar el recurso. Así se llega al final del relato sobre una violencia racista anclada en el pasado. Una violencia que se retoma de nuevo a comienzos del siglo XXI para causar terror, y que no justifica su empleo de ninguna de las maneras.

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