LA PINTURA DE LOS FAUVES

Restaurant de la Machine a Bougival, Maurice de Vlaminck, 1905

La Fundación Mapfre de Madrid organiza la exposición, LOS FAUVES. LA PASIÓN POR EL COLOR, una amplia y profunda muestra sobre el primer movimiento de vanguardia del pasado siglo. Consta de 150 piezas, aproximadamente, que permiten conocer a través de un grupo amplio de obras maestras las distintas claves de aquellos jóvenes pintores que en el Salón de Otoño de 1905, recibieron tal denominación por el crítico Louis Vauxcelles. Fueron expuestan en la Sala VII entre dos mármoles de Albert Marque, y el contraste, le hizo escribir, Donatello entre las fieras. Surgió así una forma propia de entender la pintura que duró poco en el tiempo, desde los años previos a esa fecha, hasta casi 1908, pero si en un principio fue polémica, en los circuitos artísticos, obtuvo el reconocimiento.

Retrato de Henri Matisse, André Derain, 1905

El grupo fauve se formó en el taller de Gustave Moreau y estuvo compuesto por los pintores, Henri Matisse, Albert Marquet, Henri Manguin, Henri Rouault y Charles Camoin. Más adelante se unieron Jean Puy, André Derain y Maurice de Vlaminck. Por último, los artistas procedentes de Le Havre: Raoul Dufy, Émile Friesz y Georges Braque, además de Kees van Dongen. Compartieron su juventud y los deseos, en el cambio de siglo, la renovación artística y la experimentación. También, la estrecha amistad que tenían entre ellos, que les llevó a realizarse una serie de retratos cruzados, al intercambio de ideas, a la influencia mutua y a una cierta competitividad. Fueron los conectores entre los maestros del postimpresionismo, Van Gogh, Cézanne y Gauguin y las vanguardias históricas.

La faunesse, Henri Manguin, 1905

Fueron más allá que las tendencias abiertas por los maestros postimpresionistas. Apostaron por la exaltación del color puro mediante pinceladas potentes y, aparentemente, desordenadas. Se desvincularon del naturalismo, omitieron la perspectiva y rechazaron la tradición y el academicismo. Les gustaba, al igual que los impresionistas, pintar al aire libre y representar la vida moderna. Hoy sus pinturas, a diferencia de lo que fueron hace cien años, son bellas, decorativas y optimistas, a la vez que nos sugieren vitalidad y frescura. Esta experiencia renovada con el color acabó pronto, y lo hizo, recobrando fuerza la influencia de Cézanne, presente desde el comienzo, en favor del dibujo y la forma, o hacia otras perspectivas expresivas.

Bateaux á Collioure, André Derain, 1905

Los fauves desarrollaron siempre una temática variada. En primer lugar destacaron, los paisajes lumínicos, los lugares de costa y puertos, la atmósfera del Mediterráneo francés. Matisse y Derain pasaron el verano de 1905 en Collioure. En este periodo, Camoin, Manguin y Marquet, coincidieron en la Costa Azul, Saint-Tropez, Cassis, Agy y Marsella. Otros lugares fueron, L´Estaque y La Ciotat. Sin embargo, Maurice de Vlamink, se inspiró en los paisajes de Chatou, una localidad cercana a Paris; Dufy pintó la costa normanda, y André Derain, las orillas del Támesis en Londres. En segundo lugar, pintaron el intimismo femenino, empleando el desnudo, y practicaron el retrato, especialmente el realizado entre los miembros del grupo.

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