J. H. LARTIGUE, FOTOGRAFÍAS

Paris. 1905


Caixa Forum de Madrid dedica una completa exposición al fotógrafo francés, Jacques Henri Lartigue (1894-1986), titulada UN MUNDO FLOTANTE. El conjunto reune obras de todas las épocas con especial predilección por aquellas captadas siendo adolescente, joven, muy a comienzos del siglo XX. Descubrimos através de ellas la genialidad de este artista desconocido durante gran parte de su vida.
Fue un fotógrafo precoz. Su padre le regaló una cámara con ocho años y desde entonces no paró de realizar fotografías hasta su muerte con una intención de guardar en la memoria las imágenes de su vida, de la niñez, de sus mujeres, de las interminables vacaciones en la costa vasca o mediterránea. Quería captar la felicidad infinita de la vida, frenar y comprender el paso inevitable del tiempo. Además fue un coleccionista de las fotografía hechas por otros autores. Paralela a esta actividad conservada en más de un centenar de álbunes, escribía unos diarios de que daban cuenta del fluir de la vida. Al final de la misma reunió un legado de más de doscientas mil fotografías, que son testimonio de una generación, de una sociedad pasada que prevalece en la memoria.
La exposición arranca con una imagen suya con ocho años llevando en la mano una cámara fotográfica esteotoscópica en la que aparece él, su madre y su abuela, hecha por su padre, un rico industrial aficionado a la fotografía. La segunda, con la misma edad, la hizo él de sus propios padres. Llama la atención que la mayoría de las fotos por lo menos hasta los años treinta fueron realizadas por cámaras esteotoscópicas, sobre negativos de vidrio de tal condición. La exposición reune copias modernas sobre los antiguos originales, algunos de ellos se pueden ver también en forma binocular. Un apartado reducido presenta un grupo de vintages, originales de la época.
Lo más llamativo de este autor es su pretensión de captar el movimiento. Era un gran aficionado a los deportes y las carreras. Logra dejar a las figuras nítidas en pleno movimiento, una técnica que conoce ya desde la niñez. También posee una extraordinaria sensibilidad que se descubre cuando capta la belleza femenina o los primeros planos de familiares. Entiende la fotografía como una imagen instantánea. Huye por tanto de la experimentación que no se haga con la propia cámara. Empezó a utilizar la fotografía en color desde muy temprano que abandonó por su excesiva elaboración. 
Finalmente destacar dos aspectos de este autor. Por una parte, la sensación de inquietud, que proporcionan las imágenes que fotografiaba cuando él era apenas un adolescente en la avenidad del Bois de Boulogne, mujeres con ricos vestidos paseando, sorprendidas por su cámara, en general, todas estas primeras imágenes en las que este autor tiene ya una mirada muy actual de un mundo todavía decimonónico. Una modernidad que resalta más cuando fotografía la intimidad familiar. Por otra parte, la sensación de placidez, equilibrio y simplicidad que transmiten las imágenes de playa, veraneo, que expresan la intención constante del autor de mostrar la felicidad y la belleza infinita de vivir.

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