FOTOGRAFÍA OBRERA

Portada de la revista AIZ, de Tina Modotti
El Museo Centro de Arte Reina Sofía presenta la exposición titulada, Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939, sobre la historia de la fotografía documental proletaria de carácter amateur, que tuvo su origen en revistas comunistas de la URSS y de Alemania, promovidas por Willi Münzenberg y Mikhail Koltov. Si por un lado pretendían reflejar el movimiento obrero revolucionario con un tono épico, triunfante, por otro, su objetivo era mostrar sin compasión, la fealdad de la miseria y la explotación de la clase trabajadora como una denuncia a la sociedad y un estímulo para su cambio.
Esta experiencia sería breve en los dos países por cuanto terminaría una, en 1932 con el primer plan quinquenal, y la otra con la subida de Hitler al poder en 1933, pero frutífera por cuanto su ejemplo se extendería por Europa y América, en esa época convulsa de enfrentamiento ideológico y político entre los grupos sociales, entre las naciones. De esta  manera el espectador puede contemplar ejemplos en Praga, Austria, Hungría, Holanda, Austria, Norteamérica, Bélgica y Gran Bretaña. A los que se sumaron fotógrafos de toda condición, algunos de ellos esenciales en la historia de la fotografía.
La aprobación en julio de 1935 en el VII Congreso de la Internacional Comunista de desplazar la confrontación entre clases sociales por la alianza frente al auge del fascismo, lo que daría lugar a la constitución de los frentes populares, marca una nueva etapa en la historia de la fotografía proletaria, debido a que esta va a reflejar la vida popular bajo el mandato de esta unión sobre todo en París, que se convertirá en el destino de los fotógrafos emigrados de Centroeuropa, como Robert Capa, Kertész, Brassaï, David Seymour o Gerda Taro.
Una último apartdo se abre con el estallido en julio de 1936 de la Guerra Civil española. Allí van a converger todo el fotoperiodismo obrero al servicio de diferentes revistas internacionales, donde la iconografía épica del Frente Popular se transmuta en una imagen de derrota y muerte del proletariado revolucionario, según nos informa el programa del museo. De los archivos de la Administración y el de la Generalitat, se exponen fotos no muy difundidas del horror de los bombardeos rebeldes contra la población civil en Madrid y Cataluña.
El montaje de la exposición sigue esta línea cronológica y temática combinando fotografías originales en las paredes del recorrido con vitrinas de las revistas donde se publicaban según los distintos países y épocas. Se incluyen además cortometrajes documentales y carteles de fotocomposiciones que ilustran este periodo histórico agitado, origen de la fotografía contemporánea.

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