CRÍMENES DE GUERRA EN NANKING

Ciudad de vida y muerte (Nanjing, Nanjing), dirigida y escrita por el director chino, Lu Chuan, narra la matanza llevada a cabo por el ejército japonés en la ciudad de Nanking, entonces capital de China, a finales de 1937. Un auténtico genocidio con más de doscientos mil víctimas civiles y militares. Toda la película es un relato estremecedor donde se muestra en más de dos horas, y de forma continua, primero los últimos combates entre el ejército chino y el japonés; los fusilamientos masivos y arbitrarios de los soldados, para terminar con las violaciones sistemáticas y el asesinato de las mujeres chinas prisioneras.
Esta barbarie, sin embargo, está narrada desde el lado japonés principalmente, en concreto de un joven oficial, Kadokawa, que observa y protagoniza los hechos. Las imágenes son de una calidad excepcional: la cuidadosa fotografía en blanco y negro; La articulación narrativa y la composición de los planos y secuencias con un tono poético, y la música solemne. Recuerda, en algunos momentos, al tratamiento de las imágenes de Steven Spielberg en Salvar al Soldado Ryan y en La Lista de Schindler.
Este hermoso y trágico poema visual termina sin desmerecer del conjunto cuando el protagonista se suicida, y yace muerto entre la hierba primaveral a las afueras de las ruínas de Nanking en la lejanía, porque en esas circunstancias, como dice este personaje, era más fácil la muerte que la vida.

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