El Círculo de Bellas Artes de Madrid exhibe al público la exposición, VIDAS MINADAS 25 AÑOS. GERVASIO SÁNCHEZ, que reúne alrededor de un centenar de fotografías con textos informativos sobre ocho víctimas de otros tantos países del mundo elegidas al azar por el fotógrafo víctimas de las minas antipersona. Corresponde a un proyecto iniciado en 1995 sobre las consecuencias que les han provocado la explosión de estos artefactos de guerra. A diferencia de sus acompañantes, la mayoría de las veces parientes cercanos que murieron, ellos sobrevivieron, y sufrieron atroces amputaciones de sus miembros. Este tipo de armamento fue prohibido por el Tratado de Ottawa de 1997, pero las consecuencias todavía perduran. Las minas permanecieron en los campos y los pueblos tras los conflictos y siguieron cobrándose víctimas. La exposición nos muestra la trayectoria de un grupo de ellas desde la década de los noventa, y cómo la mayoría, han logrado rehacer sus vidas y tener una familia con grandes dificultades.
Las ocho víctimas proceden de países de cuatro continentes: Angola y Mozambique, de África; El Salvador, Colombia y Honduras, de América; Afganistán y Camboya, de Asia; y Bosnia, de Europa. Nos informa del uso amplio de estas armas cuyas afectados principales pertenecen a la población civil. Podemos hacernos una idea de ellas con una imagen que se expone en la muestra. Gervasio Sánchez ha mantenido el contacto con las víctimas a través de los años. Les ha fotografiado en cada etapa de su vida desde que les encontró en algún hospital o institución de ayuda. La presente exposición del Círculo nos muestra cronológicamente su evolución y los cambios en sus vidas, algunas desarrolladas en ambientes difíciles desde el punto de vista económico y familiar. En todas se observa que han podido salir adelante superando las consecuencias de las minas o de los abusos sufridos.
El trabajo de Gervasio Sánchez, por tanto, ha sido encomiable. No sólo se ha limitado a documentar las consecuencias de las minas en la población civil, sino también ha empatizado, ha dado nombre a sus víctimas, cuyo contacto ha mantenido a través del tiempo. De esta manera, ha hecho que los visitantes, igualmente, nos sintamos partícipes del proyecto; comprendamos mejor la tragedia que provoca estas armas, y nos sensibilicemos con sus víctimas. La guerra es un sinsentido para el ser humano. Todos somos perdedores. La exposición en el Círculo es una demostración de ello. Los ejemplos de Joaquina Natchilombo, Sofía Elface Fumo, Sokheurm Man, Medy Ewaz Ali, Adis Smajic, Justino Pérez, Manuel Orellana, y Mónica Paola, claman por su vida truncada y el fin de la violencia de la guerra.
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