LA FOTOGRAFÍA DE CHARLES CLIFFORD



 La Fundación Canal organiza la exposición, CLIFFORD. VISTAS DEL MADRID DE ISABEL II, que reúne unas cien imágenes tomadas por el fotógrafo británico de la capital. Llegó a Madrid en 1850 y se establecerá en ella hasta su muerte en 1863. Tendrá un estudio principal en la calle Montera donde recibirá encargos de fotografía de retratos y de carácter documental de la aristocracia y la monarquía española. La reina Isabel II, que gobernaba por aquellas fechas, le encargará las imágenes de los acontecimientos más relevantes de su gobierno. En la capital, el fotógrafo británico, se centrará en el nuevo oficio fotográfico siguiendo la técnicas del talbotipo y el colodión húmedo, siendo este último el empleado en las imágenes de la exposición. 




La técnica del colodión húmedo se basaba en un negativo de cristal que debía revelarse rápidamente. Suponía un elevado tiempo de exposición donde los protagonistas debían permanecer quietos a riesgo de desaparecer de la fotografía. Los negativos, así elaborados, luego se positivaban con la luz del sol sobre papel de albúmina impregnados de una emulsión de nitrato de plata. Esta técnica requería un transporte para llevar las pesadas cámaras, los delicados negativos de cristal, y los productos químicos. Con este procedimiento se tuvieron que crear estudios con mamparas acristaladas para emplear luz natural. De todas las maneras, muchas de las fotografías son vistas hechas en exteriores, en concreto de la capital, y sus alrededores.




Clifford conoció una capital atrasada, más propia del Antiguo Régimen, preindustrial, que va a sufrir fuertes transformaciones durante el reinado de Isabel II. Todavía se podían ver las huellas de la Guerra de la Independencia. Lo más llamativo eran los edificios construidos por Carlos III. La población rondaba los trescientos mil habitantes. Todavía se conservaba la cerca de tiempos de Felipe IV. La Puerta de Alcalá era estrictamente una de las tantas puertas de entrada a la ciudad y la Fuente de Cibeles lo era para beber. Tenía una deficiente iluminación de gas, y el agua potable era un problema sin resolver. El fotografiará las nuevas construcciones del reinado: el edificio de las Cortes, el palacio de la ópera, la construcción de la nueva plaza de Sol, y sobre todo, la construcción del Canal de Isabel II.




Clifford no llegó a fotografiar al completo la llegada del ferrocarril, que por aquellas fechas inauguraba la primera línea a Aranjuez, solamente la construcción del llamado Puente de los Franceses sobre el río Manzanares. Muy interesante son las imágenes de la Puerta del Sol antes de la reforma y ampliación y después de ella, cuando surgen los edificios uniformes que todos conocemos y que dan paso a las distintas calles que convergen en ella. Igualmente, son atractivas aquellas de la calle de Alcalá, de la Cibeles, la Carrera de San Jerónimo, y el edificio del Museo del Prado. Son fotografías detalladas las dedicadas a los puentes y tuberías para traer agua de la Sierra Norte, del valle del Lozoya, a la capital, inspiradas por un sentido documental. Finalmente, la imagen de su resultado, un potente surtidor en la calle San Bernardo.

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