Robert Capa, Exiliados republicanos. Barcarés. Francia. 1939 |
El Círculo de Bellas Artes de Madrid expone la llamada LA MALETA MEXICANA, dentro del Festival Photoespaña, un descubrimiento excepcional realizado en 1995, y que se está difundiendo entre el gran público, sobre un conjunto de 165 carretes con casi 4500 fotografías de la Guerra Civil española, tomadas por Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour, "Chim", organizadas en tres cajas. Excepcional por ser imágenes que se perdieron tras la contienda y se agruparon por su valor para ser conservadas en momentos difíciles de persecución contra la gran mayoría de las personas y hechos captados por las cámaras fotográficas. Excepcionales por ser imágenes del bando republicano, de los combatientes, de los dirigentes y del pueblo, desde la perspectiva de los tres intrépidos fotoperiodistas antes citados que arriesgaron sus vidas, y en el caso de Gerda, la malograron, por difundir al mundo lo que estaba sucediendo en España entre 1936 y 1939.
Estas imágenes fotográficas son parte del total que hicieron estos fotógrafos, no un conjunto armónico. Algunas pertenecen a series que ya se conocían de forma fraccionada, por lo menos através de las revistas que las publicaron como Regards o Life. Suponen completar el repertorio de imágenes que se convervan de la Guerra Civil, muchas de ellas perdidas por la evolución política de aquellos años. Se exponen unas 70 fotos, algunas copias de la época y más de cien hojas de contactos. Completado con carnés profesionales, revistas de la época e imágenes en vídeo sobre los fotógrafos o realizadas por éstos.
Un gran número de ellas revisten gran importancia histórica para conocer los distintos aspectos de la guerra española, como de los propios fotógrafos. Así, David Seymour se centró principalmente en el norte de la península, mientras de Gerda Taro, sobresalen los testimonios de las víctimas civiles en la ciudad de Valencia o de la batalla de Brunete, donde ella perdió la vida. De Robert Capa, vinculado a esta última de forma muy estrecha, con la que compartiría los mismos escenarios, destacarían las imágenes del frente aragonés que le proporcionarían su fama como fotógrafo de guerra. Los tres constituyeron un ejemplo, por tanto, para las futuras generaciones de profesionales, que tratan de dar testimonio con su pasión y esfuerzo, de la lucha de los pueblos por la supervivencia frente a la extrema violencia de la guerras y de la represión política.
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