Retrato de Baldassare Castiglione. 1519. Museo del Louvre |
El Museo del Prado junto al Museo del Louvre organizan la exposición, EL ÚLTIMO RAFAEL, una muestra sencilla pero rigurosa sobre el maestro italiano del Renacimiento, en los últimos siete años de vida, así como de sus principales discípulos, Giulio Romano y Gianfrancesco Penni, entre 1520 y 1525. Se centra en la pintura de caballete, y pretende dejar claro cuáles son las aportaciones de uno y otro, en la época que Rafael se encontraba al frente del mayor taller pictórico de la época. Se divide en seis partes: cuadros de altar; Vírgenes y sagradas familias grandes; Vírgenes y sagradas familias pequeñas; Giulio Romano; Retratos; y La Tranfiguración. Reune cuarenta y cuatro pinturas y veintiocho dibujos, siendo éstos, estudios realizados para luego llevar a cabo las primeras.
Esta exposición revaloriza la colección que el Museo del Prado posee de Rafael en sus distintos apartados, por cuanto se ha desarrollado un estudio más profundo de las obras expuestas, sobresaliendo mejor en un contexto más adecuado. Queda claro cuál es el estilo y la aportación de Rafael a muchos cuadros. Composiciones sintéticas, equilibradas, monumentalidad, armonía y penetración psicológica de los personajes. Frente al estilo más dinámico y desequilibrado de Giulio Romano, o las figuras más estilizadas de Gianfrancesco Penni.
Rafael tuvo especial interés en la representación de la Virgen con el Niño o de Sagradas Familias, para residencias particulares o cuadros de altar. Sobresale en este grupo, La perla, una de las obras maestras del museo madrileño. En las pinturas de estos temas con pequeño formato, el visitante de la exposición puede comprobar un conjunto de obras de Giulio Romano y Penni, donde el estilo de cada uno queda delimitado.
Resulta muy atractivo el apartado que reune los retratos, divididos en los que el maestro italiano pintó a sus amigos y los encargos oficiales. Éstos presentan la intervención del taller, mientras los primeros fueron hechos con mayor interés y libertad. Entre ellos destaca el realizado al humanista, Baldassare Castiglione, o su Autorretrato con Giulio Romano del que se ha dicho es su testamento vital y estético.
Muy oportuno para el visitante supone dedicar un espacio propio a La Transfiguración, la última obra maestra de Rafael, que tiene su original en los Museos Vaticanos, y una copia excelente pintada por Penni y Giulio Romano, sin apenas variaciones, en el Museo del Prado, que es la que se nos muestra para su estudio, através de los distintos dibujos preparatorios y los estudios radiográficos de ambas obras idénticas. La complejidad compositiva y el intenso dramatismo de la escena dividida en dos episodios bíblicos, uno la Transfiguración de Cristo, otro, la presentación de un joven poseído a los apóstoles, que se han quedado atrás al subir al Monte Tabor, supone un bello epílogo en el discurrir por el análisis del proceso creativo de Rafael.
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