El pasado de una persona imprime el carácter del presente. Ya sea por dramático o trágico, ya sea por ser ideal y feliz. El primero tiende a ocultarse en una nueva vida, en un nuevo comienzo desde cero, pero de todas formas, acecha, porque, según determinadas circunstancias, es imposible soslayarle. Va inherente a la propia personalidad del sujeto y puede volverse a repetir. Es lo que le sucede al protagonista masculino de la película, ISLA PERDIDA, escrita y dirigida por Fernando Trueba. Un hombre ensimismado que elude el trato en una isla griega donde es propietario de un restaurante. Será una mujer, la nueva maître, quien al caer enamorada de él, se interese por sus circunstancias, descubra un pasado perturbador, de seres queridos olvidados y personajes que tuvieron un trágico final. También, un talento extraordinario para la música, pues fue compositor e intérprete de clarinete en una banda de jazz.
Álex llega medio perdida en busca de una oferta de trabajo a una aldea idílica de la costa griega un soleado verano. Se encuentra con que su plaza de maître ya ha sido ocupada en el restaurante de una pequeña isla frente a la costa. El dueño, un americano serio y distante, a pesar de ello, le ofrece ser camarera, pues necesita más empleados por la afluencia de clientes. Desde del principio, ella cae prendida de él y va a hacer todo lo posible para tener una relación íntima. Max es reticente y elude cualquier intento de relacionarse con ella, pero al final, cede a sus pretensiones y empezarán a vivir juntos en la isla. Todo marcha bien hasta que Álex quiera conocer más del pasado de Max, que lo único que dice que se estableció en el lugar par comenzar una nueva vida. Entre los libros viejos de la casa encuentra una fotografía con una mujer y un niño; luego un disco de título Cristina, y un clarinete, que a escondidas toca.
Chico, un joven empleado, que se ha hecho muy amigo de Álex, le ayuda en descubrir todo lo que su pareja le oculta mientras se divierten en la isla. Max, tras mucho insistir, cuenta que tuvo una pareja que abandonó junto a su hijo, una vida bajo la influencia de las drogas, y no ha vuelto a saber nada de ellos, sin embargo oculta todo lo relacionado con su talento musical. Chico, logra averiguar que su jefe fue un compositor e intérprete del clarinete en una banda de jazz, y que cambió de nombre, tras publicar un LP que llevaba de título, Haunted Heart. A ponerle en el tocadiscos del restaurante una noche, provoca su despido y su marcha con la prohibición de acercarse a ellos. Sin embargo, Chico, que está enamorado de Álex, descubre un pasado más perturbador de Max, que al enterarse éste, inicia el desenlace trágico de los personajes, donde el amor es sustituido por la violencia. Constituye el tercer capítulo, el invierno, cuando el restaurante está cerrado, y la luz radiante del verano ha desaparecido, sustituida por la lluvia y el resplandor de un fuego provocado como telón de fondo, que borra definitivamente cualquier vestigio del pasado.
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