La vida a través de los años no pasa sin dificultades. El azar interviene y lo mismo se encuentra la felicidad y el amor que la enfermedad. Nos afecta a todos de alguna manera. A veces la vida se convierte desde esta perspectiva en un drama constante que ha recorrido distintas etapas. La última película del afamado director español, Pedro Almodóvar, titulada, JULIETA, cuenta con sobriedad el dolor sufrido por una mujer, desde su juventud hasta la actualidad, y aquél que padecen las personas a su alrededor. Ella, profesora de filología clásica convive con un escritor. Antes de emprender un viaje a Portugal decide recuperar el pasado que le atormenta. Para ello se traslada al mismo edificio donde vivió en su juventud.
Eran los años 80 cuando conoció en un viaje en tren a un joven pescador gallego, Xoan, el que sería el padre de su única hija, Antía. La vida les fue bien hasta que éste una tarde con el mar picado por la tormenta se adentra a pescar, después de discutir por la relaciones que mantenía con la escultora, Ava. Su muerte le cambiará la vida. En principio, se trasladará definitivamente a vivir a Madrid, aprovechando que la nueva amiga de su hija, Beatriz, que ha conocido en un campamento de verano, es de allí. En segundo lugar, sufrirá una fuerte depresión, que la mantendrá inactiva, necesitando la ayuda constante de su hija y de la amiga.
Cuando Antía llega a la mayoría de edad, aprovecha un retiro espiritual en los Pirineos para distanciarse de Julieta, para vivir su vida. Entretanto, Ava, ha contraido una grave enfermedad degenerativa que le provoca la muerte. A partir de ese momento, un amigo suyo, Lorenzo, el escritor, pasará a ser su pareja. En un momento dado de la narración del pasado, a modo de flash back, se retoma el relato del presente, y la protagonista, después de haber dejado claro las causas de su tormento interior, quiere reconciliarse con aquél de manera definitiva, intentando recuperar a su hija que vivía lejos de ella con su propia familia.
Llegamos, entonces, al final de una película llena de numerosas referencias literarias y artísticas. La escultura de un hombre desnudo en bronce regalada por Ava; las pinturas de las paredes; las cerámicas decorativas que ocupan los muebles; los libros que guardan o leen los personajes; el propio guión inspirado en diferentes relatos de la escritoria canadiense y Premio Nóbel, Alice Munro, unas referencias que a veces son símbolos que aluden a distintos significados que construyen de manera compleja la narración del drama de Julieta. De igual forma, todo ello elaborado desde una cuidada puesta en escena, que atiende al mínimo detalle de luz y color, que ha merecido la selección para concursar en el Festival de Cannes.
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