LA BIOGRAFÍA DE TURNER

El afamado director Mike Leigh ha realizado y escrito el guión de la película Mr. TURNER sobre los últimos 25 años de la vida del genial pintor británico. El actor que le da vida, Timoty Spall, recibió el Premio al Mejor Actor en el Festival de Cine de Cannes. El relato cinematográfico arranca cuando el artista se encuentra en plena madurez y fama. Viaja incansable por toda Europa y el Reino Unido. Vive en Londres en una casa estudio con su ama de llaves y el padre anciano que lleva la organización y las ventas. Desde los 27 años es académico con todos los honores e imparte clase como profesor. Desde la niñez mostró un talento precoz al vender su obra en la barbería que regentaba el padre en Convent Garden. Tiene dos hijas que no atiende de Sarah Danby con la que vivió una temporada.
John M. William Turner es uno de los principales pintores en la Historia del Arte. Una mente privilegiada y un artista prodigioso. Fue muy hábil en su oficio, por una parte revolucionario, diferente a otros artistas ingleses y europeos de la época, en la aplicación del pigmento y del color, centrado en transmitir los efectos cambiantes de la Naturaleza, mostrada en forma de paisaje, sobre el ser humano. La luz que transforma la percepción de los elementos resulta fundamental. Por otra, un artista incansable, prolífico, que constantemente está dibujando al natural bocetos fuera del taller, como pintando al óleo.
El director trata de mostrar la relación dialéctica entre el artista como hombre y la obra que va a pasar a la posteridad, entre su fragilidad y su poder. Fue un pintor de éxito aceptado en los salones de la aristocracia, pero también rechazado por el público y la realeza que no comprendía sus planteamientos pictóricos más avanzados. De esta manera se presenta un personaje anárquico, errático, y egoista que se aprovecha del ama de llaves de quien recibe un profundo respeto, y a la vez generoso con Sophia Booth, dueña de una casa de huéspedes junto al mar con la que convivirá  después en Chelsea hasta su muerte.
Su fama no cesó nunca, aunque conoció los cambios radicales que la sociedad y el gusto estaban experimentando derivado de los avances tecnológicos. Así intuyó el poder que iba a tener la fotografía y su influencia sobre el arte cuando se hace retratar con la técnica del daguerrotipo. Al final de sus días conoce el desarrollo de otros estilos de pintura como el de los Prerrafaelitas, muy diferentes al paisajismo romántico que el practicaba. 
Prefirió donar al estado británico su propia colección, que hoy forman parte de los fondos de la Tate, que venderlos a pesar de la elevada suma que le ofrecieron. La última escena recoge la última frase que pronuncia Turner en el lecho de muerte: El sol es Dios. Unas palabras que resumen una vida entregada al arte, que quedará como ejemplo a la posteridad. De igual manera, sus seres queridos sacrificados por esta dedicación a la pintura, muestran a su manera lo que supuso el artista para ellos.

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