Hay profesiones que se transmiten de padres a hijos. El esfuerzo, la dedicación e incluso el riesgo que supone ejercerlas imprimen una identidad especial que hace que perduren en el tiempo. Solo las personas que han tenido conocimiento y práctica desde niños, pueden dedicarse a ellas. Nos referimos al trabajo de buzo con la finalidad de reparar e inspeccionar barcos o instalaciones submarinas. Es lo que les ocurre a los hermanos protagonistas de la película, LOS TIGRES, dirigida por Alberto Rodríguez, cuyo padre era un afamado buzo, que recibía ese apodo que heredará su hijo mayor. La hija, también practicará la inmersión, pero más encaminada al estudio de la fauna submarina. Su padre les enseñó desde niños a sumergirse en el mar. Siempre vivieron sobre un playa que les proporcionará su identidad. Recuerdan el día que su padre tiró su reloj desde su pequeña lancha al fondo del agua y les retó para encontrarlo. Lo hizo primero la hija, pero se lo arrebató su hermano, que seguiría los pasos profesionales del padre.
Antonio, uno de los protagonistas, trabaja para una empresa que revisa y repara barcos e instalaciones para la petroquímica de Huelva. Una tarea difícil que requiere la inmersión, a veces, en condiciones extremas en la que te juegas la vida a diario. De todas las maneras, no se gana lo suficiente dinero, más él, que a pesar de su fama, de buen compañero, y experimentado profesional, vive en apuros económicos, sobre todo, después de haberse divorciado con dos niñas pequeñas. Estrella, su hermana, sacrificó su profesión de bióloga marina para ayudar, primero a su padre, luego a él. Además, Antonio, su corazón le juega ya malas pasadas, como a su progenitor. Corre el riesgo de perder el conocimiento debajo del agua, pues empieza a tener síntomas de parálisis en las manos. Un día tuvo que ser rescatado por un compañero debajo del casco de un petrolero por esta razón.
Ante estas dificultades físicas y económicas, presionado económicamente por su exmujer, por la necesidad de retirarse de la profesión, decide robar cocaína a los alijos que llegan en los conductos de un petrolero al cual revisan periódicamente. Pensaba, al principio, quedarse con algún paquete entero, pero aconsejado por su hermana, decide retirar pequeñas cantidades para que los traficantes no se den cuenta. Sin embargo, su plan se complicará cuando una banda encargada de dar salida a la droga, pretenda quedarse con todo el alijo. Así, le obligarán a darles toda la mercancía, si quiere que a sus hijas no las pase nada, después de haber herido a su hermana. Al final, después de una emocionante peripecia, logran cumplir su peligroso compromiso, y ganar lo suficiente en el trato, para dar un vuelco a su vida.



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